El después

Este conmovedor y profundo relato, no es ficción, es el testimonio que una abducida italiana, ahora liberada, ha querido compartir con todos.

EL DESPUES

Del diario de una abducida liberada.
Mientras escribo corre el año 2009. Quién lo hubiera dicho, hace seis años, que un día me habría encontrado en una disquisición sobre lo que representa el post-abduction?
Quién hubiera podido imaginar que un día todo habría sido solamente un recuerdo?
Nadie, probablemente.
Ninguno de nosotros sabe, en el momento en el que comienza el camino de comprensión del fenómeno, un trabajo de fortificación personal que desemboca luego en una "batalla" (o talvez se podrían invertir los términos, dado que es a menudo la "batalla" misma la que nos fortifica y nos hace crecer) si se puede llegar a la liberación, si existe realmente una salida.
Pero lo comprende en el camino.
Un paso después de otro, cada pequeña victoria nos lleva siempre más adelante. Y casi sin que nos demos cuenta, un día nos descubrimos libres, no ya víctimas pasivas de estos alienígenas que han siempre creído poseernos, pero que son, a pesar de ellos, llamados a asumir otro punto de vista: el Ser Humano no pertenece a nadie sino a sí mismo. Es una verdad incómoda en ciertos aspectos. Y no sólo para el alienígena. Tomar consciencia de pertenecer enteramente a sí mismo, no es poco.
Implica una toma de responsabilidad, entendida, no como grave peso a llevar, sino como respons-habilidad, capacidad para responder por la propia vida. En todo.
Ésto, talvez hace un poco temblar, vacilar como en el borde de un abismo, apenas uno se da cuenta que los alienígenas han sido excluídos de nuestra existencia, que tampoco los militares tienen más influencia sobre nosotros. Que las abduction han finalizado y que nadie vendrá más a interferir nuestra existencia. Después de una entera existencia condicionada por su intervención, luego que otros han decidido por nosotros en cada cosa, hasta aquellas que pensábamos que eran de nuestra sóla competencia, como las relaciones, la vida profesional, los estudios, los intereses, estamos obligados a hacer las cuentas con aquello que queremos en verdad. Con aquello que somos verdaderamente.Con nuestra esencia más profunda.
A veces se puede tener la tentación de volver a delegar en otros, por el miedo de no lograrlo. Con estos sentimientos en el ánimo, con estos pensamientos, se vuelve otra vez frágiles, y se arriesga a hacerse otra vez subyugar. Pero si se persevera y no se deja inmovilizar, entonces se descubre que la vida, así, vale realmente la pena ser vivida. Que cada día es una fuente de nuevas posibilidades y experiencias por vivir. Se conoce la embriaguez de la verdadera libertad!
Lo primero de lo que uno se percata es que una vez que se ha liberado de los parásitos, se está bien. Verdaderamente y por primera vez, con fuerzas, lúcidos, serenos.
Hay quienes se desembarazan en una sóla vez: fuera a todos! Para otros sucede en modo diferente, primero uno, luego los otros. Para mí ha sido así. El primero que hizo las maletas ha sido el lux, algún tiempo antes de encontrar a Corrado. Ringhio (gruñón) fué el segundo a quien le tocó hacer las maletas. A él lo siguió el Orange, la MAA hospedada en mi cerebro.
Antes de seguir con el relato quisiera detenerme en las sensaciones y en los cambios que se perciben cuando, uno a uno, estos alienígenas de adentro, dejan libre el espacio y la energía que antes retenían para sí mismos.

El hecho de haberlos eliminados uno por vez me ha concedido la fortuna (sí, la considero tal, de lo contrario no habría podido entender aquello que ahora me resulta claro) de poder observar, paulatinamente, cómo las cosas cambiaban y cómo, probablemente reacciona cada uno de ellos en el ámbito de la propia competencia. Claro, ya las cosas están bien claras. Han sido recogidas toneladas de datos, experiencias, procedimientos. Pero, una cosa es escuchar decir algo, y otra es vivirlo y entenderlo dentro de tí. Talvez es ésto lo que Ánima llama "hacer experiencia". Bien.
Un abducido que se libera de los parásitos, y tiene esta experiencia, estén seguros, que entienden de una vez por todas, y no se olvida más, la diferencia que hay entre el antes y el después.
Iniciamos, entonces, por el lux. La suya es una estrategia muy sutil, basada en las charlas. Adora hablar. Pero cuidado! de dejarse descubrir, cuidado! de hacer entender que él es él y está ahí. No. Tu tienes que pensar que es la voz de tu mente la que habla. Que ese río descontrolado de palabras viene desde dentro de tí. Que es una parte de nuestro ser. Ésto es muy importante. Así, todos esos sentimientos de culpa, esos discursos autodestructivos que pasan por la cabeza, todas esas convicciones que tú no vales nada, si crees que eres tú mismo a generarlos y a alimentarlos, bien: listo!. No lograrás más tomar el control de tí misma, salir, a arrancarlos de raíz. Porque tú piensas que son tus pensamientos y estás aplastado. Pero cuando, continuando a pensar que son pensamientos tuyos, decides probar a hacerlo detener, ahí es que no lo logras, por más esfuerzos que hagas. No te sale! Y no entiendes por qué. Pero está claro: porque no eres tú quien los produce, sino él, el lux, que está contento y complacido, mientras tú te embarullas cada vez más contigo misma, chupa tu energía y asume el pleno control. Lindo juego, verdad? Pero hay un hecho: puede ser que un día te percates de él. Y ahí comienza lo mejor. Entonces las charlas se vuelven continuas, con un ritmo casi obsesivo, te está como adosado, a cada pensamiento tuyo, a cada respiro tuyo, cada idea, toma de posición...él está ahí. Te aturde, te dice que "mira-las-cosas-no-están-así-tú- escuchame-a-mí" y por mucho que adviertas, en un rincón dentro tuyo, que hay algo que no va y que te estás embrollando cada vez más, no logras detener todo este parloteo y en el peor de los casos terminas por escucharlo. Así, sea que lo haga a escondidas, sea que resulte descubierto, estar con el lux quiere decir no tener un instante de tregua, un instante de silencio, un momento de calma...ni un momento. Simplemente un instante para estar contigo misma y entender qué te está sucediendo. Recuerdo una vez que estaba en la sala de Corrado, discutiendo y otro abducido me preguntó "Cuál es la sensación que se tiene luego de haber echado al ser de luz?". Mi respuesta fué: "El silencio"!
Esta es la primera más evidente prueba de que algo ha cambiado. El silencio es algo bellísimo. Este tipo de silencio en particular. Luego mi segunda respuesta fué la traducción de una imágen que atravesó mi mente en aquel instante y que relaté así: "Era como si, antes de echarlo, viviera encerrada en una habitación en la que las paredes, y también el piso y el techo, estuvieran repletos de pantallas todas encendidas y sintonizadas en canales diferentes, con un gran bacanal de gente que quería decir cosas diferentes en el mismo instante. Mientras que ahora que el ser de luz no está más, las pantallas han desaparecido y en la habitación, no ya rumorosa, puedo escuchar las voces y los ruidos del mundo que está fuera. Puedo percatarme que existe algo distinto"
Naturalmente fué también un ganar en energía, dado que había un huesped menos que me la sustraía. Pero el efecto más claro en este caso fué el silencio.... un estupendo, Infinito Silencio.

El Seis dedos. O mejor dicho: Ringhio (gruñon). Un nombre extravagante, pero otro tanto verídico. Le fué dado porque cada vez que se lograba tener un coloquio con él, en hipnosis, emergía gruñendo, enojado con el mundo entero. Obviamente este "gruñón" producto de las cuerdas vocales y los músculos faciales del abducido, no es un gruñón literalmente. Muy probablemente estos seres no sepan siquiera qué sea el gruñir de cualquier animal. Pero seguramente es la traducción más fiel en términos corpóreos, de la esencia misma de éste: una rabia profunda y constante. Y esta rabia, desde el momento que gruñon está pegado a tí, como una hiedra asida fuertemente al árbol, tan estrechamente hasta fundirse en un único ser, te entra, es más vive adentro. Día tras día. No logras comprender bien de qué se trata, pero sientes algo que se mueve, se agita, en tus profundidades, un poco detrás...pero dentro tuyo...Y ese detrás no sabes cómo interpretarlo. Puedes terminar por pensar que se trate de una zona de sombra tuya. De una rabia interior tuya, escondida, ahogada y peligrosa. Tan peligrosa que, no pudiendo tener el control, podría salir en cualquier momento, inesperada e inmanejable. Puedes entonces sentir la necesidad de alejar a las personas que arriesgan acercarse demasiado. Las personas que sientes más queridas, capaces de acceder a tu mundo interior. Alejarlas por ese peligro que vive dentro tuyo. Alejarlas para defenderlas de esa cosa peligrosa que, sientes que podría destruírlas. Te acostumbras a vivir en una soledad particular. Aparentemente puedes llevar una vida normal, llena de amigos, de contactos, de personas. Pero nunca, a nadie le es consentido superar un cierto límite de seguridad. Nunca, a nadie, permites desafiar a la fiera que tienes adentro. Además Gruñón es el Control. Se lo podría ver como un titiritero, que mueve los hilos correspondientes a las acciones que desea hacerte cumplir, y que apuntan, ni siquiera es necesario mencionarlo, a su favor. Quieres ir de vacaciones a ese lugar que te gusta tanto? Si a él no le cuadra porque tiene necesidad que tu vayas a otro lugar, ten por seguro que no lograras nunca partir. Quisieras aceptar ese puesto de trabajo que te han propuesto? Si no entra los planes de Gruñón, hará de manera que tu no resultes aprobado, colocándote en cambio en posiciones y lugares para él estratégicos. Hay una persona hacia la cual sientes nacer sentimientos fuertes? Si no serás tú misma a alejarla, con la dinámica de la que se hablaba arriba, pensará él a mantenerla a distancia si no es que la hará desaparecer: tienes que ser manejable y estar totalmente en sus manos.
He notado este control constante de parte suya, he notado que surge con extrema sutileza. Mientras, como veremos para la MAA, que ejerce otro fuerte control, se trata en general de interventos bastante pesados, de los cuales, haciendo un recorrido de conocimiento, se vuelve suficientemente fácil percatarse. Se insinúa por breves instantes en los cuales tú pierdes completamente consciencia de tí misma, por un tiempo suficiente para modificar tus acciones, o tus palabras, en la dirección que él quiere. Si mínimamente te desvías de su plan de acción (algo que acontece relativamente a menudo, dado que se busca tener una voluntad propia!) una ligera corrección de ruta reacomoda las cosas. Y para tí son verdaderos missing time. De pocos segundos, de pocos minutos...cosas casi imperceptibles. Pero suficientes para cambiar el curso de los acontecimientos que tú estabas haciendo andar en otra dirección. Tengo que decir que es agotador! Imagínense intentar ir en una dirección y sufrir continuas desviaciones, sin poder explicarse por qué suceden. Es para volverse locos. Por último Gruñón es el más hábil "chupador" de energía, o si queremos decir así, de Ánima. Con él están a la orden del día, el cansancio, la debilidad, incapacidad para manejar la vida cotidiana con la carga necesaria. Pero atención: no es un estado constante. Hay picos, como si fuesen horas pico en donde el Seis dedos trabaja más. Sientes propiamente como un embudo que chupa hacia afuera todas tus fuerzas, pierdes claridad mental, energía, te sientes morir.
Es, entonces, fácil entender que cuando se logra eliminar a este parásito que estorba, las cosas cambian netamente y se lo percibe también netamente!

Cuando cerré "el paso" que servía a Gruñón para conectarse a mí, sentí alzarse adentro una Energía inmensa. Fué la misma energía que brotó, casi levantándome en el aire, levitando por encima del sillón sobre el que estaba acomodada. Recuerdo haber ido hacia el celular para avisarle a Corrado de lo que había acontecido. Pero no recuerdo si mis pies tocaban el piso...no tengo esta sensación grabada en mi memoria. Y dado que soy cenestésica, no me habría sido posible olvidarlo, si hubiera sucedido. Puedo, por lo tanto decir, que los pies en el suelo yo no los apoyé...volaba...literalmente.
Todavía hoy, reviviendo esos instantes me siento feliz, un goce indescriptible.
Levedad, increíble, efervescente levedad, fué la sensación siguiente. Y luego una serie de emociones fortísimas que me bailaban en el pecho, haciendo una fiesta.
Volvía a encontrar mis emociones.
Por mucho tiempo ahogadas, por el miedo de esa rabia subterránea, que no me pertenecía, ahora podían cantar, gritar, hacerse sentir. No tenía más necesidad de reprimir nada. No había más "peligros" dentro mio.
Claro, durante años había vivido condicionada por la presencia de este parásito. Y los condicionamientos son mecanismos que tienden a persistir aún cuando se ha eliminado la fuente. He tenido que trabajar sobre mí misma, porque recaía, por momentos, en el antiguo miedo "de los otros". Todavía me sucedía temer que su acercamiento a mi zona íntima habría causado problemas...Pero fué un trabajar placentero. Un trabajar que sientes "trabajar" justamente, dentro tuyo. Sientes que sirve para algo. Sientes que está dando frutos. Y los ha dado...los está dando.
Las emociones son un gran recurso. Una serie de energías preciosísimas que tenemos adentro nuestro. Aprender a reconocerlas, vivirlas, usarlas, nos hace crecer de prisa. La felicidad, el amor, hasta la rabia, la tristeza...las emociones menos placenteras, si son vividas con sinceridad pueden darnos mucho.
Gané también en claridad sobre elecciones hechas durante el curso de mi existencia. Comencé a entender que muchas podrían no haber sido mías. Que Ellos habrían podido pilotearme en la elección de los estudios, del trabajo, del lugar donde vivía y en tantas otras cosas. Entender ésto, fué un paso fundamental para darme cuenta en manera consciente de la presencia de la MAA de Orange. Hasta que no reconocí que había sido piloteada no podía entender como la MAA estaba actuando en mi vida.
No teniendo más al Seis dedos que me chupaba buena parte de mis energías, me sentí cada día más fuerte, física y psicológicamente, cada día más determinada, cada día más llena de ganas de hacer, de seguir adelante en la vida, hacia la liberación.
La MAA de Orange instalada adentro de mi cabeza tenía el nombre Vasch. Era un científico e investigador y como se podrá entender, tenía un cerebro demasiado importante para su raza, como para que fuera perdido con la muerte de su contenedor.
Para comprender cuánto gravemente hubiera influenciado en mi vida, les baste saber que hice una carrera científica y trabajé durante años como investigadora. Todo lo referente a la biología y la genética para mí no tenía secretos. Me resultaba todo hasta demasiado fácil. Sin mencionar la relación extraña que, con los Orange, he siempre tenido, encontrándome en medio de un impulso dual: por una parte con el miedo a que ellos volvieran, por la otra, con el deseo de volver a verlos, sintiendo casi una suerte de nostalgia hacia aquellos rostros de pómulos altos, con ojos almendrados y con la piel bronceada. Son todavía para mí, seres bellísimos. Como están todavía, adentro de mi cabeza, las memorias de Vasch que no me pertenecen, pero que siento, de un modo extraño, parte de mí. Cuando la MAA es echada, de hecho, quedan en nuestro cerebro los recuerdos del alienígena bajo forma de Memoria Pasiva. Una suerte de archivo de datos. No está más la consciencia del parásito, pero queda la registración de su vida.
Con respecto a una Memoria Activa es seguramente mucho más fácil de manejar!


Texto original: www.ufomachine.org

El después (segunda y última parte)

Volviendo a los efectos que su presencia tenía en mi vida, puedo decir que por muchos años estuvieron camuflados, convencida yo, como decía antes, que las elecciones que hacía dependían de mi voluntad.
Pero a veces se verificaba un extraño fenómeno: improvisamente hablaba otra lengua desconocida, con tonos arábicos, sin saber cómo era capaz de hablarla y qué estaba diciendo. En los momentos menos pensados era como si otra voluntad poseyera mis cuerdas vocales para decir algo...durante años este fenómeno quedó sin explicación. Hasta que me fué explicado que los Orange hablan una lengua similar al árabe.
Y descubrí que todos los abducidos que tienen una MAA de este tipo, tienen experiencias de este tipo. En el momento en que he tomado consciencia de su existencia, las cosas seguramente cambiaron. Desde el primer coloquio con Corrado, eso que él organiza como una sesión de PNL, los Orange se preocuparon por cómo se habrían desarrollado los acontecimientos. Ser descubiertos era el miedo más grande que hubieran sufrido, esa misma noche, luego de mi encuentro con Corrado, me llevaron para tratar de entender qué habría cambiado luego de lo que había hecho. Y ser descubierto ha sido el más grande terror del Orange que tenía en la cabeza por tanto tiempo. Fué así que intentaba esconderse, por cuanto pudiera, y durante la hipnosis, llamado por Corrado, intentaba resistir lo más posible a sus preguntas, a sus intentos de interactuar. Pero luego ha entendido que todo era inútil y no le ha quedado otra posibilidad más que salir al descubierto. Desde entonces ha iniciado a intervenir pesadamente sobre mí, no tenía más que perder, lo sabíamos, por lo tanto podía permitirse algunas salidas. Cuando tomaba fuerza sobre mi voluntad, yo advertía claramente su llegada. Empezaba desde la base del cráneo y como una lengua subía, una mordida que yendo hacia la cúspide y luego hacia adelante, intentaba apretar cada vez con más fuerza, en su avanzar. Era tan irresistible y pesado que no tenía siquiera el tiempo de reaccionar. Perdía el contacto con el mundo exterior, todo desaparecía en un agujero negro, y de esa ausencia me reprendía solamente horas después. Qué hubiese acontecido me era imposible decir. Y cuánto más avanzaba en mi recorrido de conocimiento, más estas intervenciones se hacían pesadas y frecuentes.
Estaba exhausta. Perder continuamente horas de tu jornada es psicológicamente agotador. A pesar de saber lo que sabes, del haber entendido que se es abducido y todo lo que lo circunda esa condición, se llega a pensar que a lo mejor uno está realmente loco. Que haya realmente algo que "no va" dentro tuyo. Los últimos días compartidos con la MAA fueron luego in crescendo extraordinariamente.

Luego de haber estado en casa de Corrado para hacer la enésima hipnosis habíamos decidido que se tenía que ir. Apretado en la mordida de este conocimiento, el Orange intentaba oponerse como mejor podía. Sabía que era inútil, que nada nos habría disuadido de la decisión tomada, pero lo intentaba igualmente. La fuerza de la desesperación. Fuí atacada físicamente. Extraños desazones me obligaban a quedarme en la cama sin fuerzas, y contemporáneamente era sacudida por temblores violentísimos. Decidí entonces poner fin a todo. Y se lo comuniqué. Quería ser gentil: le ofrecía la posibilidad de irse por sí mismo. Pero si no lo hubiera hecho yo lo habría echado. Vasch no quiso entrar en razón. Pero, en vez de probar con ímpeto una rebelión, frente a esa arrogante oposición, como había acontecido con lux y gruñón, sentí inesperadamente solamente una profunda pena al sentir su desesperación, el dolor, con el que me comunicaba que no podía irse. Comprendí una cosa que nunca antes había comprendido: tenía miedo. Comprendí que tenía que ser yo quien lo guiara. Que tenía que mostrarle que su vida no terminaba si dejaba mi contenedor, sino que gracias a su Espíritu podía disolverse en la gran Energía que es el origen de todo. Fué así que lo acompañé fuera de mí. Fué extrañamente dulce, triste y bello al mismo tiempo. Nutro la esperanza que haya entendido, por lo menos en parte.
Después de su partida las cosas tomaron finalmente su correcta dirección. Terminadas todas los molestias físicas, reencontré la serenidad perdida. Dentro mío había finalmente tanto espacio, tanto...lo sentía, físicamente. Liviana y libre para moverme!
Retomar en mis manos las secuencias de mi existencia, evaluar en qué había sido influenciada por su voluntad y en qué había sido libre para decidir, me llevó, no obstante mucho más tiempo del previsto, porque mientras tanto, eliminado el Orange, los militares se habían desaforado, ejercitando sobre mí una presión que se hacía cada día más apretada. Querían entender cómo lo había hecho. Querían entender si realmente lo había hecho. Querían las informaciones que había dejado en mi cerebro, querían...querían...querían...
Los militares, que intervienen pesadamente sobre los abducidos que se han liberado de los alienígenas, quieren siempre, constantemente... Los militares están presentes desde siempre en la vida del abducido, así como los alienígenas, cada uno de ellos con su objetivo por alcanzar y con diferentes modalidades de utilización del abducido. Pero cuando el abducido se libera, entonces para ellos es el momento de entrar.
El camino está libre, no hay más rivales. Liberarse también de este componente, que es humano y por lo tanto más cercano a nosotros, nos deja más desconcertados y desilusionados de lo que estábamos por el comportamiento alienígena, es una experiencia que no sabría cómo describir. Claro que te hace entender algo fundamental: mientras que uno no se pone en los zapatos de otro no se es capaz de entender eso que vive y experimenta. Para mí ésta ha sido una gran lección.
El abducido es controlado a través de diversos chips desparramados por todo el cuerpo. Pero hay un implante en especial que se encuentra generalmente sobre el ojo (derecho o izquierdo) que permite al militar, a través de un casco similar a aquellos de la realidad virtual, ver y sentir cada cosa que el abducido hace, ve y dice. Cuando encontré el modo de entrar en contacto con el militar que me controlaba a través de este implante, la primera reacción fué de gran fastidio. No lograba entender cómo seres humanos iguales a mí pudieran tratarnos de ese modo. Me debatí mucho internamente, durante un período, entre la rabia y la desesperación, y el saber que no tenía sentido encarnizarse conmigo de esa manera, que en algún modo eran para compadecerse.
Aunque si no sabía decir en cuál modo... Hasta que no sentí aquello que tenía que hacer.
Acerqué mi mente a la suya, y en ese contacto mental comprendí que él, el militar, no tenía la más pálida idea de las consecuencias de lo que hacía. Era necesario hacérselas ver. Desde mi mente hacia su mente, cada sufrimiento, físico y moral, cada persona que es llevada y torturada, mujeres, niños, seres indefensos, en un flujo ininterrumpido, pasó en un tiempo infinitesimal y largos instantes eternos. El militar quedó sin aliento, trastornado por la improvisa comprensión de aquello que estaba aconteciendo, de aquello que las personas sentían y vivían mientras ellos las usaban. Fué como ver cambiar un cielo soleado en tempestuoso, en un instante. Se quitó el casco y frente a las órdenes de sus superiores de continuar con aquello que estaba haciendo, opuso un decidido rechazo. No lo habría hecho más. Nunca más. No sé qué fué este militar. Lo cierto es que ha entendido. O por lo menos eso espero. Como espero que un día entiendan también sus colegas... pero quién sabe si ese día llegará...
Había por lo tanto terminado! Me había liberado de todos. No era más raptada por los alienígenas. Los militares continuaron probando por un cierto período, luego las tentativas, cada vez menos eficaces, disminuyeron cada vez más hasta desaparecer. Logré un modo de scannear, mentalmente, y visualmente, mi organismo para así individuar cada uno de los implantes todavía activos: con la ayuda de Ánima logré desactivarlos a todos. No tuve más ningún fastidio provocado por los implantes.
El más asombroso seguramente ha sido el fastidio debido al implante sobre el ojo derecho, ese, con el cual el militar a mí asignado, me controlaba. Lo sentía a menudo "freir", como si pasara corriente, me provocaba dolores tanto en la zona propiamente dicha, como migrañas muy fuertes. Una vez desactivado y fundido, desaparecieron todos los síntomas. Sin estas pertubaciones estaba finalmente bien!

Los parásitos intentaron todavía entrar dentro mío, especialmente el lux. Pero ya mi Ánima sabía, y mis partes (Ánima, Mente y Espíritu) cada vez más cohesionadas actuaban como constantes revisores, no bajando nunca la guardia y defendiéndome de cada intrusión.
Comenzó para mí un período bastante extraño.
Tuve que, antes que nada, recuperar partes de mí que habían quedado silenciadas, aplastadas, escindidas, a raíz de la obra de las constantes abducciones y de quien me controlaba. Cada re-integración era simultáneamente dolorosa y estupenda.
Fué un trabajo que requirió mucho tiempo y mucha paciencia. Todavía no ha concluído del todo, seguramente tengo mucho que recuperar.
El abducido que se libera, se libera de identidades que no le pertenecen y ésto implica ir a recuperar luego, la propia, verdadera identidad.
Es necesario, por lo tanto recuperar todo aquello que se había perdido...en un camino hacia atrás en la propia vida, que es contemporáneamente un adelanto. Difícil de explicar. A medida que recuperaba partes de mí, que lograba sentirme cada vez más íntegra, gracias también a la práctica constante de ese maravilloso instrumento que es el SIMBAD, nuevas cosas sucedían.
Viajar en el espacio y en el tiempo se tornaba cada vez más simple. Entré en contacto con otras vidas, contemporáneas, que Ánima elige para tener experiencia. En un modo extrañamente rápido, pasaba del presente al pasado y luego al futuro... y la visión era tan extendida que era posible en un sólo instante comprender el entero sentido de la existencia, con todas sus implicaciones. Los OOBE se hicieron más frecuentes. Me encontraba a menudo observando desde arriba mi cuerpo dormido... Los sueños lúcidos hicieron su aparición. Y no sé describir la beatitud que se siente al percibir absolutamente despiertos, lúcidos y cien veces más conscientes de cuando se está "despierto" en lo cotidiano. La felicidad de poder controlar tus movimientos, los traslados, el desarrollo del sueño. El éxtasis creador que te hace modificar las cosas según tu placer. No tiene precio.Experimentaba y experimento una libertad nueva, nunca sentida antes, subyugada como estaba a la voluntad de los otros, a las abduction, acostumbrada a ser usada. Soy consciente que ésto no es un final. Hacer que cesen las abduction y liberarse es una meta y es correcto que sea visto así. Pero no es el final...
Es el principio.
Delante de mí veo tanto camino por recorrer. Otras cosas sucedieron agregadas a las primeras y continuarán a suceder, porque el descubrimiento de eso que somos y de eso que nos circunda es un recorrido sin fin, siempre nuevo, excitante, aún con la fatiga que cada nueva adquisición requiere. Pero se trata de otro género de fatiga, diferente de aquella de la situación que confunde y agota siempre más al abducido.
No, esta es una fatiga sana, es un "arremangarse", afilando los instrumentos que se descubren tener mientras se recorre el camino, y ver cómo utilizarlos, ver que cosas somos capaces de hacer, entender cada vez más y mejor, cada día más conscientes y lúcidos. Es un proceso impío, en algunos aspectos, porque cuanto más somos conscientes, mejor vemos las cosas, todas las cosas: también nuestros defectos y nuestros límites. Pero es fundamental conocerlos. Porque cuando se conoce la profundidad, y la entera altura de nuestro ser, no hay nada más que sea capaz de engañarnos.
Ni el alienígena, ni el militar, ni los massmedia, ni el político de turno, ni el Papa...
Sabiendo quiénes somos, sabemos reconocer a los otros por lo que son.
Con la esperanza de salir un día de esta realidad virtual, para abrazar la realidad real en su totalidad, digo a todos los abducidos que todavía no se han liberado, que lo hagan. Que insistan. Más allá de las vacilaciones, los miedos, los bloqueos, los reinicios...que no se rindan. Porque es posible llegar a ser libres. Insistiendo, perseverando, con una buena dosis de testadurez osaría decir, jamás rendirse, nunca tirar la toalla.
Habrá 10, 100, 1000...un millón de intentos de volver a agarrarnos, de volver a parasitarnos, de volver a llevarnos a un estado de sumisión, pero estén seguros que el "millón y uno" de los intentos será el último. Dejarán la presa, si ustedes no la dejan lo tienen que hacer ellos.
Al final es un juego de equilibrios, como un balancín (subibaja) de madera, sobre el que se sientan, uno en un extremo y el otro en la otra parte: quien empuja más de su parte, lleva al otro hacia la dirección querida.
Vale la pena.

MAA (Memoria Alienígena Activa), MAP (Memoria Alienígena Pasiva), SIMBAD (Self Induced Method for Blocking Abductions Definitively) método auto-inducido para bloquear las abducciones definitivamente, OOBE (Out of the Body Experience) experiencia fuera del cuerpo.

Texto original: www.ufomachine.org